Obstinado, dice el diccionario, es una persona “que se mantiene excesivamente
firme en una idea, intención u opinión, generalmente poco acertada, sin tener en
cuenta otra posibilidad; las personas obstinadas suelen ser difíciles de
convencer”.
Atribuirle esa condición a Leonel, como lo han hecho dos columnistas, puestos obviamente de acuerdo, es un contrasentido, pues Leonel tiene como notoria característica lo antónimo, o sea, ser flexible y transigente. Al atribuírsele ser obstinado, se busca hacerlo retroceder. Ignorando que su inteligencia maneja su conducta.
Fui testigo de que Leonel no buscó la candidatura vicepresidencial con Juan Bosch, para 1994; ni tampoco la presidencial para 1996. Pongo a Danilo de testigo para que me desmienta. La reunión para ser propuesto se celebró en mi hogar, en enero de 1995; estuvo Danilo, Leonel, Euclides, Botello y yo (no recuerdo quién más).
Danilo y yo buscábamos unificar con una sola propuesta y tuve a cargo solicitarles a Botello y a Euclides apoyar a Leonel; ellos dos no aceptaron y Leonel dijo que él no tenía interés. Cuando se celebró el evento partidario, Leonel ganó con más de 90%.
Luego, para las elecciones del 2004, le ganó las primarias a Jaime David con un porcentaje similar. Como testimonio aseguro que, aun siendo reclamado como candidato, llegó a manifestarme que era mejor no presentarse. Usé un sólo argumento como respuesta, Ud. creó una imagen de flexible, transigente y prudente, y eso es lo que necesita el país; si no se presenta se entierra históricamente porque tendrá la condena de los que esperan por Ud., parte del partido y del país.
Como se sabe, ganó con más del 57%; para ese momento también Danilo y otros dirigentes dimos el apoyo. Para 2008, todo favorecía su reelección. Danilo no quiso acompañarlo porque quería ser él; no entendió que Leonel manejó exitosamente la crisis económica dejada por Hipólito y luego la mundial desde 2007-8, y el electorado esperaba por él. Danilo, entre otros, argumentó desgaste del PLD en el poder. Leonel ganó de nuevo. Para las elecciones del 2012, a pesar del amplio apoyo de que gozaba Leonel, incluyendo dos millones de firmas solicitándole quedarse, decidió apoyar a Danilo; cuando lo hizo sumó su fuerza y Danilo ganó. Leonel salió del poder y Danilo entró con un posicionamiento, los dos, sobre 70%. Ahora, en las elecciones de este año 2016, Leonel por prudencia, transigencia y flexibilidad, apoyó a Danilo, obligado a una situación poco ortodoxa, y para no dividir el Partido ni mostrarse obstinado. Esa conducta en Leonel ha confundido a uno que otro dirigente, que afirman que cuando lo presionan cede. Una persona así no es obstinado ni de poco valor, es lo contrario de obstinado, es prudente, flexible y con sentido histórico.
Danilo ganó en las pasadas elecciones con 62% de los votos; el PLD aportó, de esos, un 50%, he preguntado ¿cuánto de ese 50% era de Leonel? Creo que la mitad; quítele 25 a 62 y quedan 37; o quítele 20 y quedan 42; eso era segunda vuelta, y Leonel lo sabía. Se tiró a las calles y ahí están los resultados. Ahora bien, como líder con muchas posibilidades tiene un compromiso para que el PLD no salga del poder en el 2020; esperemos a ver cómo lo hará.
Atribuirle esa condición a Leonel, como lo han hecho dos columnistas, puestos obviamente de acuerdo, es un contrasentido, pues Leonel tiene como notoria característica lo antónimo, o sea, ser flexible y transigente. Al atribuírsele ser obstinado, se busca hacerlo retroceder. Ignorando que su inteligencia maneja su conducta.
Fui testigo de que Leonel no buscó la candidatura vicepresidencial con Juan Bosch, para 1994; ni tampoco la presidencial para 1996. Pongo a Danilo de testigo para que me desmienta. La reunión para ser propuesto se celebró en mi hogar, en enero de 1995; estuvo Danilo, Leonel, Euclides, Botello y yo (no recuerdo quién más).
Danilo y yo buscábamos unificar con una sola propuesta y tuve a cargo solicitarles a Botello y a Euclides apoyar a Leonel; ellos dos no aceptaron y Leonel dijo que él no tenía interés. Cuando se celebró el evento partidario, Leonel ganó con más de 90%.
Luego, para las elecciones del 2004, le ganó las primarias a Jaime David con un porcentaje similar. Como testimonio aseguro que, aun siendo reclamado como candidato, llegó a manifestarme que era mejor no presentarse. Usé un sólo argumento como respuesta, Ud. creó una imagen de flexible, transigente y prudente, y eso es lo que necesita el país; si no se presenta se entierra históricamente porque tendrá la condena de los que esperan por Ud., parte del partido y del país.
Como se sabe, ganó con más del 57%; para ese momento también Danilo y otros dirigentes dimos el apoyo. Para 2008, todo favorecía su reelección. Danilo no quiso acompañarlo porque quería ser él; no entendió que Leonel manejó exitosamente la crisis económica dejada por Hipólito y luego la mundial desde 2007-8, y el electorado esperaba por él. Danilo, entre otros, argumentó desgaste del PLD en el poder. Leonel ganó de nuevo. Para las elecciones del 2012, a pesar del amplio apoyo de que gozaba Leonel, incluyendo dos millones de firmas solicitándole quedarse, decidió apoyar a Danilo; cuando lo hizo sumó su fuerza y Danilo ganó. Leonel salió del poder y Danilo entró con un posicionamiento, los dos, sobre 70%. Ahora, en las elecciones de este año 2016, Leonel por prudencia, transigencia y flexibilidad, apoyó a Danilo, obligado a una situación poco ortodoxa, y para no dividir el Partido ni mostrarse obstinado. Esa conducta en Leonel ha confundido a uno que otro dirigente, que afirman que cuando lo presionan cede. Una persona así no es obstinado ni de poco valor, es lo contrario de obstinado, es prudente, flexible y con sentido histórico.
Danilo ganó en las pasadas elecciones con 62% de los votos; el PLD aportó, de esos, un 50%, he preguntado ¿cuánto de ese 50% era de Leonel? Creo que la mitad; quítele 25 a 62 y quedan 37; o quítele 20 y quedan 42; eso era segunda vuelta, y Leonel lo sabía. Se tiró a las calles y ahí están los resultados. Ahora bien, como líder con muchas posibilidades tiene un compromiso para que el PLD no salga del poder en el 2020; esperemos a ver cómo lo hará.