Adentrarse en los barrios populares de Caracas confirma el descontento de gran parte de la población con el gobierno, pero también cierta desconfianza ante la oposición mayoritaria.
"No votaría por la oposición. Y por Maduro, menos". Esa frase me la dijeron varias personas en una reciente visita por el barrio del 23 de enero en Caracas, tradicional bastión chavista.Se repite en otras zonas populares, donde la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), gana terreno sobre todo por la animadversión hacia el gobierno a causa de la crisis económica.
Un sondeo publicado en enero por la firma Datanálisis reveló que el 42,9% de los encuestados se definen como opositores. El 17,7%, oficialista; y el 37% asegura no tener ninguna tendencia política.
Más allá de que los números hayan cambiado con la actual ola de protestas, ¿quién puede representar entonces a ese porcentaje de la población que no se vincula con gobierno ni oposición?
"A ése sí"
Cuando en el 23 de enero Aymara y Diana me dijeron que, en unas hipotéticas eleccione,s no votarían por Maduro ni por ninguno de los líderes clásicos de la oposición como Henrique Capriles, doble candidato presidencial, o Leopoldo López, les sugerí otro nombre: Henri Falcón, gobernador del estado Lara."A ése sí", me dijeron.
Falcón fue un hombre cercano a Chávez que se fue desligando del oficialismo para pasar a formar parte de la MUD.
Es el segundo líder de la oposición más valorado en caso de unas primarias, según la misma encuesta anterior de Datanálisis. Lo supera sólo López, encarcelado desde 2014, pero Falcón se sitúa por delante de Capriles, recientemente inhabilitado para optar a cualquier cargo público.
El pasado chavista de Falcón lo hace atractivo para los independientes, pero lo aleja de la oposición más clásica, según analistas como Luis Vicente León.
Apuesta por el diálogo como solución al conflicto, acrecentado con la ola de protestas que se prolonga desde hace dos meses y medio y que ha dejado al menos 74 muertos.
A la vez defiende que hay que mantener la estrategia de protesta en la calle y está en contra de la Asamblea Constituyente que promueve el presidente Nicolás Maduro y cuyos miembros para redactar una nueva Constitución serán elegidos el 30 de julio.
Chavistas contra la Constituyente
Con esos argumentos coinciden cada vez más simpatizantes del chavismo y de la izquierda, críticos con el gobierno y con la Constituyente, pero alejados de la MUD y de la violencia de los enfrentamientos.En ese grupo se puede ubicar a la fiscal general, Luisa Ortega, que se define como chavista.
El 24 de mayo lanzó un duro ataque contra la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en las protestas y confirmó la muerte del joven manifestante Juan Pernalete por el impacto de una bomba lacrimógena, desarticulando así la versión del gobierno.
A la misma hora, en otra zona de Caracas se presentaba una plataforma multisectorial en defensa de la Constitución de 1999, que ahora pretende cambiar Maduro, y en contra de la polarización.
Entre los promotores hay exministros de Chávez como Héctor Navarro, Olly Millán, Ana Elisa Osorio y exmilitares próximos al comandante fallecido como Clíver Alcalá y Miguel Rodríguez Torres, ministro del Interior con Maduro como presidente.
Son parte del chavismo crítico. Es decir, chavistas pero no maduristas.
"Cuando Chávez nos pidió que votáramos a Maduro, yo no lo dudé. Pero Maduro se ha alejado del legado de Chávez. Su actitud ha sido muy autoritaria", dijo a BBC Mundo Ana Elisa Osorio, que fue ministra del Ambiente con Chávez.
La plataforma se ve como "parte de una mayoría" y aunque sus miembros llevan tiempo siendo críticos, es ahora cuando se han unido para presentar una propuesta.
"El objetivo es sentar a los sectores polarizados y decirles: 'Aquí hay más gente que ustedes'", explicó a BBC Mundo el politólogo Nicmer Evans, miembro de partido político de izquierda Marea Socialista e integrante de la iniciativa.
Incluso convocaron a una marcha hacia el Ministerio Público en apoyo de la fiscal Ortega y de la Constitución.
La fiscal como referente
Y es que el grupo coincide en sus postulados con la fiscal Luisa Ortega, que en las últimas semanas blande la Constitución de 1999, la de Chávez, para defender sus argumentos legales en contra de las actuaciones del Ejecutivo, de las fuerzas del orden y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).Ortega también defiende la vigencia de la Carta Magna y cree que la convocatoria de la Asamblea Constituyente sin referendo previo va en contra de la democracia participativa que propulsó Chávez.
"Ha generado un debate y ha permitido una válvula de escape. Era necesario que uno de los poderes del Estado dijera algo y le competía a ella hacerlo", elogió a la fiscal Olly Millán, que fue ministra de Economía Popular con Chávez.
Ortega, que está casada con un diputado oficialista igualmente crítico, se ha convertido en una figura política y por ello el gobierno la llama "indigna", "traidora" y aliada de la "derecha".
No sólo se limita a expresarse con argumentos jurídicos. El lunes ofreció un discurso frente a los empleados del ministerio público que la apoyan que más pareció un mitin político. "¡Luisa, te queremos!", le gritaron a la fiscal, que se salió un poco de lo que dicen los códigos legales para ir más allá y desear que en Venezuela haya pan, seguridad, calidad de vida y justicia.
"Hasta el último aliento defenderé la Constitución", afirmó, épica, frente a colegas y subalternos.
Al menos públicamente no se le conocen lazos con la oposición de la MUD, que la elogia, pero la pasada semana sí se reunió con el politólogo Nicmer Evans y otros miembros de la iniciativa en defensa de la Constitución.
De esta manera, el chavismo crítico de la nueva plataforma busca ganar peso mediático.
Y con la fiscal como referente se postula quizás como una alternativa a la confrontación entre los dos polos en Venezuela.